Plumeritos

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Dicen que si encontrás un plumerito hay que pedir tres deseos, soplarlo y que vuele. A veces lo descubrís casi sin darte cuenta,  y si no tenés que buscarlo, pero calladito, porque si otro lo ve, seguro que te lo quita.

Los plumeritos son aireados como un pompón, y si uno los toca se desarman, ¡son tan frágiles! Maga siempre los está buscando. Un día su mamá le explicó que los plumeritos  son en realidad una flor llamada Diente de León: “Cuando la flor se seca, se forma el plumerito, entonces el viento desprende sus semillas y las lleva a otros lugares para que crezcan”.

Cuando Maga está en su casa piensa en los plumeritos que podría haber por ahí…

-Ma, vamos a la plaza?
-Ya sé lo que estás buscando, se sonríe su mamá, -mejor no busques tanto -le aconseja-, los plumeritos te van a sorprender. Pero Maga se acuerda de  las habilidades de su amiga Elisa para conseguirlos  y no se conforma. Ella sí que es buena para eso, cuando juegan afuera, cada dos por tres sale corriendo y de allá vuelve con uno en la mano.

Es entonces cuando Maga se queja:

– Eli, qué suerte que tenés-, decime qué pediste.

– No, es secreto, si no los deseos no se cumplen.

– Bah, igual eso de los deseos seguro que es mentira. A Maga le da bronca porque nunca puede ser la primera en descubrir un plumerito.

Llegó el día del cumpleaños de Maga y en la puerta de su casa cuelgan dos globos, uno rojo y otro azul.

Elisa llega con un sobre en la mano y toca el timbre (por la ventana se oye el bullicio de la gente reunida).

-Este es mi regalo -le dice a su amiga cuando le abre la puerta. Maga saca del sobre una tarjeta y lee: ”En la plaza está la sorpresa, ¿vamos?”.

Caminan juntas las cuadras hasta la plaza. Antes de llegar Elisa le tapa los ojos con las manos y después le dice: “bueno, ahora abrilos”.

Maga mira lo que no cree: la plaza está brotada de plumeritos, hay por todos lados, si parecen copos de neblina. Asoman entre los yuyos altos del verano y parece que flotaran, como un montón de nubes que se hubieran caído.

-¿Viste que los plumeritos sí te cumplen los deseos?

Maga no espera y corre a soplar uno, igual que si soplara las velas de la torta de su cumpleaños, entonces las semillas levantan vuelo en un remolino de paragüitas blancos, como minúsculas palomas.

– A dónde irán?
– Quién sabe…
– A donde el viento quiera…

Como dice la mamá de Maga, a plantarse en otros suelos (grandes y fértiles como la amistad).

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(Texto e imagen: Daniela Frontera).

 

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